Han pasado miles de años desde las primeras formas de gobierno registradas, conglomerados de personas que se regían bajo un mando único, y a medida que sus sociedades se expandían, sus gobiernos también adquirían mayor fortaleza, sus dominios adquirían una mayor soberanía territorial, y con el tiempo terminaban adquiriendo un nombre con el cual identificarse frente a otros, y en su nombre establecer relaciones diplomáticas, comerciales, celebrar tratados, alianzas, guerras…
Al final lo que conocemos como el Estado, es la institucionalización de las distintas formas de gobierno que conocemos.
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La política, que es el arte de gobernar, se lleva a cabo por un selecto número de personas, los políticos en un principio solían ser aquellos con los suficientes conocimientos, empatía y vocación para desempeñar los cargos a los cuales eran designados, pero a medida que los Estados se volvían más y más grandes, la capacidad del Estado para ser eficaz y eficiente se volvía cada vez más difícil, la corrupción, complicidad, colusión y demás calamidades se adueñan de un Estado incapaz de defenderse por sí solo.
Aquellos con la suficiente fortaleza para tomar cartas en el asunto y establecer el orden requerido, aquellos que no se doblegan ante la incapacidad, la inutilidad, la complacencia o incluso ante el orden de ideas que apoya la inoperancia del Estado, son quienes pueden salir a recuperar el honor de un Estado que se ahoga en una enfermedad aparentemente incurable.
Me da asco incluso mencionarlo, para que se pueda erradicar un cáncer de ésta magnitud se debe extirpar aquello que lo promueve, pero la población es la primera que por deber moral debe observarse frente a un espejo, sin miramientos, sin parcialidades, sin más objeciones que decidir qué comportamientos son correctos y qué comportamientos establecen el bienestar y la rectitud de la población.
Me dan asco los políticos, sus partidos egoístas, las ideologías egoístas, los radicales disfrazados de mesías, los corruptos que se disfrazan de víctimas, los frustrados que no proponen soluciones, los bastardos que se arman de un falso orgullo que no tiene fundamentos… Me da asco la política tradicional, enfrascada en sus viejas ideas, incapaz de darle paso a los más jóvenes sin menoscabar sus proyectos… Y mejor no digo más…
¿Qué piensas de los políticos y el sistema actual?
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Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Navarra Resiste
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