Cuando uno sale del colegio, cree que todas se las sabe, que la vida es fácil y que eso de que la vida es diferente a lo que uno se imagina de joven es “puro cuento” de los adultos, pero todos los millennials salimos sin saber nada y cuando entramos al verdadero y “oscuro” mundo de la adultez nos damos cuenta que debieron enseñarnos cosas más allá de cómo sacarle la raíz cuadrada a un número.
Todos los que nacimos desde 1985 hasta el 2000 somos llamados “millennials”, adultos jóvenes que máximo llegamos a los 35 años y que estamos atravesando diferentes etapas de la vida, sin embargo, no importa la edad ni la etapa en la que estemos, cada vez nos damos cuenta de algo nuevo y esto siempre hace que terminemos repitiendo “esto debieron enseñarnos en el colegio”.
La realidad es la siguiente, todos los jóvenes, millennials o no, salen al mundo sin tener conocimientos de la vida real, de esa vida en la que se hacen descuentos de nómina, en la que hay diferentes tipos de contratos, en la que existe una pandemia que nos mostró la poca cultura del ahorro que tenemos. Una vida real llena de temas que no manejamos y que sin importar cuanta experiencia se haya adquirido, siempre habrá una pregunta que nos hará pedir que un «adulto» la resuelva.
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En mi caso, y a mis muy supuestamente “grandes” 24 años, me di cuenta que no sabía nada de la vida real, así opinara diferente, cuando me enfrenté por primera vez a un sueldo y revise a conciencia lo que era un desprendible de nómina. Ahí reflexioné y me di cuenta que en el colegio deberían enseñarnos a leer estos extraños documentos, a saber, qué derechos y deberes tenemos en cuanto al pago de nuestros salarios, pero esto no sucede en este país, porque seguimos con la mentalidad de que el estudio de las matemáticas, las lenguas y las humanidades son lo único que debería importar, cuando la realidad es que aprender de la vida en el hogar y de la economía familiar salvaría más vidas de las que algún día nos podríamos imaginar.
Desde pequeños los niños deberían aprender qué es el ahorro, qué se necesita para emprender, qué es un salario, y con cada año de vida, empezarle a explicar más y más conceptos que lo prepararán para la vida real, más allá de solo enseñarle las fracciones. Cabe aclarar que no estoy diciendo que los conocimientos de matemáticas, sociales, filosofía, español, y demás materias no sirvan, de hecho, sirven mucho y son una excelente guía para la vida, pero no debemos mantenerlos en una burbuja académica, más bien deberíamos mezclarlos con la cotidianidad y con los problemas que la sociedad enfrenta a diario, de esa manera será mucho más fácil poner en práctica los conceptos matemáticos cuando hablemos de finanzas personales.
Yo propongo una campaña para que en cada hogar en que haya un millennial o un pequeño niño que algún momento se enfrentará a la “adultez” en algún momento, se enseñe sobre las cosas de la vida diaria, tales como entender las direcciones, cómo se paga la salud y la pensión, cómo nos pagan el salario y qué nos descuentan de él, qué características tiene el contrato que firmamos y cómo podemos hacer un mercado sin morir en el intento.
Lo que un millennial debe saber son todas esas cosas que nuestros papás aprendieron con la experiencia y que si nos la transmiten harán que podamos vivir una vida mucho más consciente de las acciones que tomamos, y que permitirán que incluso, nuestra salud mental, que siempre se ve afectada por el estrés social de un mundo cada vez más acelerado, sea mejorada.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Pixabay
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