Las ciberamenazas mundiales siguen desarrollándose a un ritmo rápido, con una cantidad cada vez mayor de filtraciones de datos cada año. En un informe de RiskBased Security, se reveló que unos alarmantes 7900 millones de registros han sido expuestos por filtraciones de datos solo en los primeros nueve meses del 2019. Esta cifra es más del doble (112 %) de la cantidad de registros expuestos en el mismo período durante el 2018.
Los servicios médicos, los minoristas y las entidades públicas fueron los que sufrieron más filtraciones, y los delincuentes maliciosos fueron los responsables de la mayoría de los incidentes. Algunos de estos sectores son más atractivos para los cibercriminales, ya que recopilan datos financieros y médicos, aunque todas las empresas que utilizan las redes pueden ser atacadas para robarles datos de clientes, hacer espionaje corporativo o lanzar ataques a sus clientes.
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Las amenazas a las que se enfrenta la ciberseguridad son tres:
El delito cibernético: incluye agentes individuales o grupos que atacan a los sistemas para obtener beneficios financieros o causar interrupciones.
Los ciberataques: a menudo involucran la recopilación de información con fines políticos.
El ciberterrorismo: que tiene como objetivo debilitar los sistemas electrónicos para causar pánico o temor.
Pero ¿cómo consiguen los agentes malintencionados el control de los sistemas informáticos? Estos son algunos de los métodos comunes utilizados para amenazar la ciberseguridad:
Malware
“Malware” se refiere al software malicioso. Ya que es una de las ciberamenazas más comunes, el malware es software que un cibercriminal o un hacker ha creado para interrumpir o dañar el equipo de un usuario legítimo. Hay diferentes tipos de malware, entre los que se incluyen los siguientes:
Virus: un programa capaz de reproducirse, que se incrusta un archivo limpio y se extiende por todo el sistema informático e infecta a los archivos con código malicioso.
Troyanos: un tipo de malware que se disfraza como software legítimo. Los cibercriminales engañan a los usuarios para que carguen troyanos a sus computadoras, donde causan daños o recopilan datos.
Spyware: un programa que registra en secreto lo que hace un usuario para que los cibercriminales puedan hacer uso de esta información.
Ransomware: malware que bloquea los archivos y datos de un usuario, con la amenaza de borrarlos, a menos que se pague un rescate.
Adware: software de publicidad que puede utilizarse para difundir malware.
Botnets: redes de computadoras con infección de malware que los cibercriminales utilizan para realizar tareas en línea sin el permiso del usuario.
Inyección de código SQL
Una inyección de código SQL (por sus siglas en inglés Structured Query Language) es un tipo de ciberataque utilizado para tomar el control y robar datos de una base de datos. Esto les brinda acceso a la información confidencial contenida en la base de datos.
Phishing
El phishing es cuando los cibercriminales atacan a sus víctimas con correos electrónicos que parecen ser de una empresa legítima que solicita información confidencial. Los ataques de phishing se utilizan a menudo para inducir a que las personas entreguen sus datos de tarjetas de crédito y otra información personal.
Ataque de tipo “Man-in-the-middle”
Un ataque de tipo “Man-in-the-middle” es un tipo de ciberamenaza en la que un cibercriminal intercepta la comunicación entre dos individuos para robar datos. Por ejemplo, en una red Wi-Fi no segura, un atacante podría interceptar los datos que se transmiten desde el dispositivo de la víctima y la red.
Ataque de denegación de servicio
Un ataque de denegación de servicio es cuando los cibercriminales impiden que un sistema informático satisfaga solicitudes legítimas sobrecargando las redes y los servidores con tráfico.
¿Cómo pueden las empresas y las personas protegerse contra las ciberamenazas?
-Actualizar el software y el sistema operativo: esto significa que aprovechará las últimas revisiones de seguridad.
-Utilizar software antivirus: las soluciones de
seguridad detectarán y eliminarán las amenazas.
-Utilizar contraseñas seguras: asegúrese de que sus contraseñas no sean fáciles de adivinar.
-No abrir archivos adjuntos de correos electrónicos de remitentes desconocidos: podrían estar infectados con malware.
-No hacer clic en los vínculos de los correos electrónicos de remitentes o sitios web desconocidos: es una forma común de propagación de malware.
-Evitar el uso de redes Wi-Fi no seguras en lugares públicos: las redes no seguras lo dejan vulnerable a ataques del tipo “Man-in-the-middle”.
Y no menos importante: Informa y educa a tu círculo más cercano de colegas, amigos y familiares para que estén bien protegidos, si entre todos nos cuidamos, nos hacemos un poco más fuertes frente a éstas amenazas, al ciber delincuente no le interesa quién eres, sólo cumplir con su objetivo delincuencial…
¿Sabías de la magnitud de éstas amenazas?
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Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Freepik
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