Despiertas, un nuevo día, un nuevo amanecer, y una nueva excusa para prepararse un tinto bien caliente para iniciar el día, enciendes el televisor, las noticias no dan nada interesante pero al menos hay ruido de ambiente…
Abres la laptop, hay correo en la bandeja de entrada esperando ser leído, vas uno a uno leyéndolos, y en medio de la pantalla ves un remitente desconocido, pero el título es más que llamativo, haces clic y… lotería, tu día común se acaba de convertir en una carrera contra reloj para preparar un gran proyecto, en serio, es enorme, y hay que correr.
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De nada serviría decir que siempre esperabas esto pero, ¿Estabas de verdad listo para el desafío? ¿Y ahora? ¿Cómo piensas venderte para que te elijan en ésta licitación propiamente dicha?
Bueno, tan claro como el agua: Entrenar para una situación, jamás te prepara para ver llegar esa situación, sólo te dice exactamente cómo no actuar, si te acuerdas lo suficientemente rápido para no actuar erróneamente.
Descargas los archivos mientras te haces el desayuno, te comunicas con el remitente, y le informas que has recibido el correo, y que analizarás con detenimiento la solicitud (mentira, ya lo hiciste, pero no se lo digas), y le enviará una respuesta durante el día.
Listo, desayunaste, te desahogaste, pensaste, ya con más calma vuelves a abrir el correo con los archivos, y te da cuenta de que el trabajo es grande, y que vas a necesitar un par de manos extras para acelerar, pero es un trabajo realizable.
Corriendo números, tiempos, logística y demás consigues entender que los grandes proyectos no necesariamente son los más costosos, sino los mejor planificados, y este cliente ha enviado suficientes detalles…
Hora de contraatacar: Te han dado fecha de respuesta, pero no te dieron límites de tiempo, ni de presupuesto, a filtrar al cliente, si están interesados te responderán, si sólo son unos curiosos, se delatarán de alguna manera.
Planificación es considerar todos los detalles, todos los aspectos, las posibilidades de cada escenario, la estocasticidad de los eventos, y la voluntad propia de llevar adelante un buen trabajo, no una cosa mal hecha, sino algo que dé orgullo propio, decir: yo hice esto, me dio miedo porque era mucho trabajo, pero lo hice, y lo hice bien.
Planear a lo grande es planear en serio, con base, con detalles y argumentos concretos, el valor de llevar adelante ese proyecto, porque sí es posible. ¿Ya tuviste ese proyecto que te hizo sentir pequeño?
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Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Tecnología para la industria
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