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Ser mujer es un privilegio que pocos entienden por eso nos agreden

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mujer
Imagen de: Colprensa

En un país tan maravilloso en donde a su vez pasan cosas tan detestables como el empalamiento de una humilde mujer, toca reforzar el ejercicio de nuestros derechos.

Hoy es un día especial, celebro la vida que me regalaron Dios y mi madre hace unos cuantos años, y lo hago en medio de una inmensa gratitud por todo lo que me ha tocado aprender y experimentar, pero a la vez no puedo dejar de sentir una profunda tristeza por lo que seguimos pasando las mujeres ante la mirada complaciente de los sistemas de gobierno no solo de Colombia si no del mundo, que no han podido ponerle el cascabel al ‘gato’ de la discriminación y el abuso contra el género femenino.

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Día a día nos enfrentamos a la desidia y a la absurda competencia contra los hombres por visibilizar nuestros logros y peor aún por ver que los mismos sean reconocidos en igualdad. Somos madres y nos cuesta mantener un empleo porque a los empleadores les disgusta que la mamita pida permisos o licencias para amamantar, vacunar o asistir a sus hijos en actividades que ameritan la presencia del ser que les dio la vida, somos mujeres y nos toca aguantar que al alcanzar un puesto de jefatura se nos eche en cara que un hombre no puede aceptar que una ‘vieja’ les de órdenes, somos emprendedoras y hay quien nos juzga porque deberíamos estar en la casa atendiendo al marido y a los hijos, sin ni siquiera conocer nuestra realidad.

Es realmente desalentador escuchar noticias como el empalamiento de una humilde vendedora de arepas en Villavicencio, atacada brutalmente por revelarse en contra de un sistema que nos niega día a día la oportunidad de desarrollarnos sin dejar de ser madres, hijas, mujeres, hermanas entre otros roles a los cuales no les sacamos el cuerpo, pero que siendo dependientes prácticamente nos anulan. Es verdad que hay mucha gente luchando desde sus estrados y curules para cambiar esta absurda realidad, pero lo que es evidente es la poca o nula voluntad política de los gobiernos de hacer valer nuestras reivindicaciones y perseguir y castigar ejemplarmente a quienes cometen estas atrocidades en contra del mal llamado sexo débil, ese que tanto preocupa a los ‘fuertes’ porque resultó demostrar históricamente que somos multifacéticas, disciplinadas, proactivas y guerreras. Dios bendiga a las mujeres de Colombia y el mundo.

Por: Erika Baute
Instagram: @erikabauteak
Imagen: Colprensa
*Las opiniones expresadas no representan la posición editorial de Zona Captiva. Es responsabilidad exclusivamente del autor.

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