“Mientras haya un hombre, habrá guerra” – Albert Einstein
Es imposible cuantificar la cantidad de tiempo que en la entera extensión territorial terrestre ha pasado sin conflictos, simultáneamente. Tampoco es posible estimar cuántos conflictos, cuasi-conflictos, en el pasado, presente y futuro ocurrirán.
Al parecer estamos destinados a confrontar una realidad cruel, por una u otra razón entramos en guerra de manera consecuente por razones interesantes. Lógicas e ilógicas según quien lo comente, pero al final son razones, por las que vale prestar algo de atención a fin de entender cómo las corrientes políticas alrededor del mundo se mueven, si a favor de más guerras, o sólo como meros espectadores que no esperan nada de una guerra que no les compete.
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Es asombrosa la cantidad de descubrimientos, avances y desarrollos que han conseguido obtener algunas naciones gracias a un conflicto, así como los atrasos y condenas que pueden sufrir por la misma, las tácticas sucias, las éticas, las históricas, y las que nos enseñan a veces en clase.
No todos tenemos la misma versión de la historia, pues es el vencedor quien dicta qué pasó y como fueron los hechos, pues, al final, el vencedor siempre se lleva todo.
¿Qué es lo que más me asombra de la mecánica de la guerra? Pues realmente, la mecánica de alianzas y coaliciones que el inicio o progreso de un conflicto puede desencadenar, escalando el factor de caos e inestabilidad que acompaña el conflicto inicial, desencadenando acciones torpes, que sin una meditación justa puede aportar al colapso por decisiones propias o de los enemigos.
Lo segundo que más me asombra, es que el que no pelea, o mejor dicho, no se ve involucrado, es quien más gana, o por lo menos, más se favorece de los conflictos a gran escala, pues la pugna de poderes es tan costosa a nivel monetario, que a alguien le deben caer todas esas demandas de suministros que tanto se requiere para hacer el conflicto sostenible a largo plazo.
La guerra no es buena para el mundo moderno, y jamás lo ha sido, pero la historia de las sociedades que conforman hoy nuestra mancomunidad de naciones se ha forjado en conflictos que no terminan de nacer, crecer y después de disolverse, arrastrar las consecuencias trágicas de tan nefasto modelo de negocio que es levantar las armas por una causa que se pudo resolver de otra manera.
El mundo de hoy ha regresado a una etapa de incordialidad extrema, tanto política, como económica, como social… especialmente en el aspecto social, donde un grupo emergente, apoyado por radicales antiguos desea imponer a fuerza de discursos vacíos una revolución social que machaca los valores actuales, por unos otros más retorcidos debido a que “los ofende”.
Vientos turbios se asoman en el horizonte… En alta mar suelen decir: “Cielo rojo en la noche delicia de marineros, cielo rojo en la mañana toman nota los marineros”
Viene una década difícil, muy difícil, y pocos lo ven venir.
Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Scoopnest
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