El Oriente Próximo está ardiendo, las llamas del odio y la venganza están a la orden del día y en medio está la mano sabía de los persas.
Históricamente guerreros, profundamente modernistas, y demás celosos de su indiscutible influencia regional, los persas han manejado de manera poderosa su hegemonía tanto en el Medio Oriente como en el Oriente Próximo, incluyendo las costas libanesas que ahora bañan las aguas del Mediterráneo.
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Hoy, Irán ha sabido gestionar sus capacidades políticas mediante la modernización, entrenamiento y financiamiento de su ejército regular, así como la inversión, tutela y gestión de los movimientos paramilitares y gubernamentales instalados en Siria, Líbano, la Franja de Gaza, Yemen, Iraq, Libia, Jordania y Egipto… en pocas palabras, Irán maneja a su conveniencia una compleja y bien tejida red de influencias políticas, económicas y militares, poniendo en jaque a todo lo que amenace su hegemonía.
Israel no se ha quedado atrás, ha sabido infiltrar a su contrincante, pero ha jugado muy bien sus cartas, con mucha cautela ha atacado y diezmado a sus oponentes sin lograr desatar la ira de Irán, hasta hace poco: El asesinato de un comandante de las Fuerzas Al-Quds ha desatado un ataque retaliativo de Irán contra Israel, una coordinada y bien orquestada demostración de poder ha dejado al mundo convencido de que una guerra regional a gran escala es ahora inevitable.
Los persas no han llegado a saborear el amargo de una derrota humillante, Israel no puede permitirse perder una guerra, y ahora, las probabilidades juegan a favor del más inteligente, del más astuto, del que menos errores comete, pues el conflicto es a muerte, y en la guerra no hay vencedores, sólo hay vencidos. Una victoria hoy puede ser la derrota de mañana, si no se administra sabiamente.
Israel ya encontrado en Irán un enemigo formidable, tenaz, resiliente y muy sabio; jugar el juego de la muerte será en todo momento un honor que solo se podrá disfrutar una vez, pero que será un espectáculo a todo dar, ambas naciones desearán dar el todo por el todo en un juego de supervivencia. Quién saldrá victorioso es difícil de plantear, muchos factores intervienen, muchas variables están a la orden del día…
No habrá una paz verdadera hasta que el sufrimiento se vuelva insoportable…
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Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: HispanTV
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