Se entiende por alianza, la unión, colusión entre dos o más partes para lograr un objetivo común; en términos militares sería el apoyo operacional, cooperación logística y de inteligencia, transmisión de datos relevantes y la coordinación de operaciones sobre el terreno para el logro de un objetivo claro y concreto.
En el plano civil, es mucho más sencillo y complejo a la vez, una alianza puede ser dos o más personas, naturales o jurídicas que se unen formal o informalmente, para conseguir metas en común, sean de orden físico, deportivo, profesional, un hobbie… entre tantos otros retos que la cotidianidad de la vida le presenta a las personas.
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Vivimos en una sociedad cuyo desarrollo se basa en un sistema complejo de alianzas que meticulosamente se arman y desarman según los objetivos individuales o colectivos se presentan, sean éstos que fracasen o sucedan las alianzas permiten el establecimiento de figuras que con la experiencia se van consolidando entre las masas como elementos que establecen cierto régimen de autoridad a través de escalafones diferenciados unos de otros según el mundo en el que éstos funcionen.
Pero pasemos al más básico de todos los complejos sociales que actualmente se establecen: el vecindario…
Bueno, no es el elemento social más básico de todos, pero es el complejo de elementos sociales más básico que existe, aclaremos que el elemento social base es la familia, con esto en mente podemos avanzar.
El vecindario por definición es el conjunto de vecinos que habitan un municipio, un barrio o incluso el mismo edificio, haciendo que obligaciones comunes deban ser compartidas, sea a la hora de sufragar los gastos (condominio, servicios, entre otros…), celebrar festejos (por ejemplo: fiestas patronales, celebraciones deportivas…), proyectar mejoras para la zona, entre otras tantas cosas que cotidianamente se pueden hacer de una manera sociable, pacífica y al final en pro de todos, podría ser entendido como una alianza informal pero que, entre una buena dirigencia y un serio compromiso vecinal pudiera llamarse un ejemplo de civismo…
Pero…
(Todos hacemos ese gesto que sigue después de que esa palabra se atraviesa en nuestra mente, es inevitable.)
Pero, al final de todo, hay variables, y muchas veces es difícil conseguir controlarlas pues, el ser humano es impredecible y no siempre sigue las reglas al pie de la letra, bueno, pocas veces lo hace, menos si ignora el beneficio de hacer las cosas bien. Pero al fin y al cabo como regla general buscamos hacer las cosas bien porque sabemos que el beneficio es mayor que si perdemos el control de nuestras acciones.
Pero, ¿por qué el vecino molesto de al lado no lo entiende y deja de pelear?, o, ¿por qué aquel muchacho que puede comprarse unos audífonos y escuchar su música a todo volumen sin molestar a los demás no lo hace?, ¿no es ilegal que el vecino permita que el perro ladre descontroladamente toda la noche?, ¿Qué nadie es capaz de recoger los desechos de sus mascotas cuando los sacan a pasear?… Preguntas que merecen tener respuestas, ¿es acaso nuestro vecindario un campo aliado, donde desarrollamos nuestra vida de manera tranquila, o una zona de guerra en la que tenemos que combatir constantemente la irresponsabilidad, la indiferencia, el egoísmo, la deslealtad y la falta total de humildad de algunos de nuestros vecinos?
Por: Jean Carlos Guerra
Instagram: @jeanguerra.95
Imagen: Valor-Compartido
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