¿Ya te vacunaste? ¿Tus papás ya los vacunaron? ¿Tus abuelos ya los vacunaron? ¿Tu hermano médico ya fue vacunado? ¿cuál vacuna le pusieron? ¿Es la primera o la segunda vacuna? ¿Te dio Covid? ¿Qué síntomas te dieron?, estás son alguna de las múltiples preguntas que rondan por los chats, por los celulares, por los teléfonos y hasta por los correos electrónicos en esta época de una Pandemia que todo parece que es una enfermedad endémica, con la que conviviremos, que no se irá sino que estará presente y rondando generación tras generación.
Mientras este fin de semana que terminó en Colombia afrontamos varias ciudades del País un nuevo y comprensible encierro por estar afrontando un tercer pico de contagio con datos del Ministerio de Salud de fallecidos día rondando los 350 y unos 14.500 nuevos casos día, lo que engrosa las cifras totales de más de 2 millones y medio de casos confirmados y de cerca de 66.000 fallecimientos acumulados. Cifras que contrastan con la lenta evolución del plan nacional de vacunación.
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De este panorama hay una pregunta que me asalta al conocer el importante número de casos de recuperados que ronda los 2 millones 400 mil de colombianos y a nivel mundial 76.5 millones de personas: ¿Y de las secuelas qué?
Según información de diferentes autoridades de salud en el mundo llama la atención que son 17 las afecciones detectadas de este virus que nos cambió la vida. “A medida que se desarrolla la pandemia, hemos identificado que muchos órganos, además de los pulmones, se ven afectados por el Covid-19, y hay muchas formas en que la infección puede afectar la salud de una persona”, resalta un informe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Así mismo, precisa que aunque la gran mayoría de las personas con Covid-19 se recupera favorablemente, algunos pacientes pueden tener síntomas por semanas o incluso meses, y esto no tiene que ver con la gravedad de su enfermedad, pues han habido casos de personas con síntomas leves que a largo plazo manifestaron síntomas, siendo los más comunes: Fatiga, dificultad para respirar, tos, dolor en las articulaciones y dolor de pecho.
Por su parte, las secuelas a largo plazo menos comunes son, según ese organismo: Depresión, dolor muscular, dolor de cabeza. fiebre intermitente y taquicardia. Sin embargo, hay algunas secuelas a largo plazo que preocupan, pese a que no san las más comunes, si han venido presentándose en quienes han padecido este virus: a nivel cardiovascular: inflamación del músculo cardíaco, lo que ha llevado a poner un importante número de marcapasos en el mundo, y ni hablar de las secuelas respiratorias con sus anomalías en la función pulmonar, o la lesión renal aguda o incluso a nivel dermatológico con erupción cutánea o caída del cabello.
Pero ahí no paran las secuelas, a nivel neurológico: problemas de olfato y gusto, problemas de sueño, dificultad de concentración y problemas de memoria y a nivel psiquiátrico: depresión, ansiedad, cambios de humor.
Mi pregunta con ese variado abanico de secuelas es ¿qué están haciendo las autoridades de salud al respecto? No son pocas las secuelas y no podemos quedarnos como sentimos que nos pasó con las vacunas que nos cogieron ventaja otros países y vemos cómo otros avanzan más rápido. ¿Los gremios médicos ya están trabajando en ello? Esperemos que si, porque no sólo podemos esperar que sea el Gobierno a tomar cartas en el asunto.
Y hay que escuchar los llamados de atención que lanzan otras voces como la Asociación Colombiana de Salud Pública que analiza de la data nacional el importante número de casos en personas jóvenes, lo mismos que están en edad productiva: “Más de 5.700 colombianos entre los 20 y 49 años han perdido la vida en la batalla contra el Covid-19. El 60% de los contagios totales los presenta este grupo poblacional y muchos de ellos presentan síntomas persistentes…”, síntomas estos que aquí he llamado secuelas y que hoy me preocupan y que espero que al Ministerio de Salud, a la OPS y la OMS y a los gremios médicos de Colombia y el mundo también les esté preocupando y estén viendo cómo enfrentar este gran problema sanitario que adicionalmente nos está dejando a su paso el virus que yo vengo llamando el innombrable, precisamente por ser algo que no quisiéramos no haber conocido.
Por: Luz Marina Gamarra
Instagram: @luzmarinagamarra
Imagen: Archivo Zona captiva
