Estamos a solo unos cuantos días de terminar este caótico año lleno de sorpresas y adversidades, pero como todo en la vida, lo que pasó durante el 2020 nos dejó una cantidad de cosas sobre las cuales reflexionar.
Desde que inició el 2020 todo fue descontrolado, en enero sentimos más cerca que nunca la posible guerra entre Estados Unidos e Irán, en febrero vimos los estragos de lo que estamos causando como humanidad si no tomamos en serio el cambio climático, en marzo, lo peor hasta el momento, la pandemia por Covid-19, en abril, avispas asesinas, y de ahí en adelante un sin número de fenómenos que convirtieron al 2020 en un año que algunos quisieran olvidar.
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A esta altura vemos los resultados de todo lo mencionado, es decir, una economía desestabilizada, aumento de la desigualdad social, hambruna, preocupación por el futuro ambiental del planeta, gobiernos que no saben cómo actuar frente a las crisis, entre otros; pero después de todo lo “malo” que dejo el año, es necesario enfocarnos en los pocos puntos positivos de este 2020.
Tal vez no nos dejó una chiva, ni una burra negra, ni una yegua blanca, ni una buena suegra; pero si nos permitió como humanidad reflexionar sobre nuestras acciones. Ahora que la pandemia ha empezado a dejar ver lo que realmente nos espera si no sabemos actuar en conjunto, las personas han logrado por fin entender que juntos somos más fuertes y durante estos meses nos dimos cuenta de la enorme amabilidad y colaboración que todos llevamos en el corazón; también volvimos a los hogares, esos que desde hace más de medio siglo habían caído en el olvido, las mesas volvieron a llenarse a la hora del almuerzo y las familias pudieron conversar más de cinco minutos y mirándose a la cara. Sumado a eso, el mundo digital por fin dio el salto que durante años estuvo buscando, pero no alcanzaba a dar, pues después de una década de desarrollo potencial de las plataformas digitales, el 2020 se convirtió en el momento perfecto para que la gente entendiera que realmente es necesario estar en la web 2.0.
Hay algunos puntos que sin importar el positivismo con el que se quiera ver el año podrán convertirse en algo bueno, un ejemplo de esto es la cantidad de vidas que a la fecha se han perdido a causa del virus y de todos los efectos colaterales que este tuvo en la sociedad. Para todas las familias que tuvieron que pasar por algo así solo queda enviarles mucha fuerza y sabiduría para superar toda la adversidad presentada.
El 2020 se va, pero sus enseñanzas no pueden irse con él, sino que debemos seguir aplicándolas a lo largo de los años que vienen para poder salvarnos de ese futuro tan apocalíptico que nos espera. No obstante, dejando de lado todo lo que nos pudo pasar, para este 2021 solo les deseo un año lleno de amor y sabiduría en el cual las cosas mejoren siempre y valoren aun más el hecho de estar vivos y reunidos son sus seres queridos.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Freepik
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