La marca mexicana Electrolit desafía las regulaciones de etiquetado nutricional en Colombia, generando preocupación entre las autoridades sanitarias.
A mediados de 2022, el Congreso de la República de Colombia aprobó una legislación para el etiquetado de alimentos, uniéndose a los esfuerzos regionales por informar a los consumidores sobre los niveles de sodio, azúcares, calorías y grasas saturadas en los productos, con el fin de promover una alimentación más saludable.
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Según lo establecido en la Resolución 810 de 2021, modificada por la Resolución 2492 de 2022, a partir del 15 de junio de 2024, todos los productos alimenticios vendidos en Colombia deben cumplir con requisitos de rotulado nutricional y frontal de advertencia. Sin embargo, Electrolit, marca de origen mexicano, ha decidido no acatar esta normativa, similar a su proceder en México.
Según información de NewsWeek, esta decisión ha despertado preocupación entre las autoridades sanitarias colombianas, lideradas por el Ministerio de Salud y Protección Social, dirigido por Guillermo Alfonso Jaramillo. Se ha cuestionado la promoción y comunicación del consumo diario de Electrolit, un producto de electrolitos orales, así como su uso como parte del tratamiento para ciertas enfermedades. En México, Electrolit se presenta como un «medicamento», lo que le exime de incluir en su etiqueta advertencias sobre exceso de calorías, azúcares y sodio, como lo hacen otras bebidas deportivas.
Este etiquetado diferenciado en México ha impulsado el dominio de Electrolit en su mercado nacional. Sin embargo, esta clasificación como medicamento podría implicar restricciones de venta, que en Colombia se limitan a establecimientos específicos bajo estrictas regulaciones. A pesar de esto, hay evidencias de que Electrolit se comercializa en lugares no autorizados y se promociona en combinación con bebidas alcohólicas, incumpliendo regulaciones colombianas para los medicamentos de venta libre.
Lo que dicen los expertos
Expertos consultados señalan la necesidad de que las autoridades colombianas intervengan para evitar prácticas que distorsionen la competencia y que puedan tener impactos negativos en la salud pública. Además, estas prácticas podrían generar pérdidas fiscales, ya que, al ser clasificada como medicamento, Electrolit está exenta del impuesto sobre el valor añadido (IVA) en México y busca obtener la misma exención en Colombia.
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Por encima de todo, la prioridad es evitar posibles riesgos para la salud debido al consumo excesivo de este tipo de productos, enfatizan los expertos.
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