Cuando hablamos de coches eléctricos solemos centrarnos en cuestiones de autonomía, el tipo de baterías, los tiempos de recarga, el consumo y, gracias a Tesla, ocasionalmente en el 0 a 100 km/h. También hablamos de las redes de carga (o de su escasez), pero raras veces hablamos de los motores eléctricos.
En todo caso, hablamos de los motores eléctricos mucho menos que lo que hablamos de motores de combustión interna. Sin embargo, el motor eléctrico es como el motor de combustión interna: hay diferentes tipos, cada uno tiene sus ventajas para un determinado uso y su desarrollo es tan esencial para que el público acepte el coche eléctrico como lo es la tecnología de las baterías. El motor de combustión interna lleva con nosotros más de cien años.
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Se impuso frente al motor eléctrico gracias a la esposa de Carl Benz hace ya 125 años. Y desde entonces, el motor ha sido el centro de atención del automóvil. Podemos hablar de las ventajas y desventajas de la inyección directa, de si preferimos la respuesta de un motor atmosférico frente a la de un sobrealimentado, etc.
Cuando sale un modelo nuevo, la marca no duda en explayarse durante páginas sobre los beneficios que aporta tal o cual modificación menor en el motor de su nuevo coche. Y cuando se trata de un superdeportivo, los medios podemos estar durante párrafos y párrafos extasiándonos en la tecnología del propulsor de ese nuevo bólido que terminará, en el 80 % de los casos, aparcado en un garaje climatizado. Sin embargo, cuando sale al mercado un nuevo coche eléctrico, del motor apenas hablamos.
Como mucho mencionamos que lleva uno o dos, la potencia, qué ruedas acciona y poco más. Incluso nuestro aguerrido Héctor Ares en su prueba del Tesla Model X menciona que lleva dos motores, uno en cada eje, y nada más.
tampoco es que yohaya profundizado en el tema motores en mi prueba del Tesla Model S. Y lo que es peor, incluso las propias marcas suelen resumir al extremo en sus comunicados de prensa la tecnología de los motores que utilizan sus vehículos. Vamos, que la información técnica acerca de los motores eléctricos de los coches es escasa.
De hecho, nuestra falta de conocimiento e interés colectivo por un tipo de motor que es mucho más antiguo que el motor de combustión es algo tan extraño como erróneo: deberíamos interesarnos más por esos motores ya que son tan importantes como las baterías.
Motores eléctricos
El motor eléctrico es una invención anterior al motor de combustión interna. La teoría sin la cual la industria moderna no sería posible se la debemos al inglés Michael Faraday (un autodidacta, por cierto). Descubrió que el magnetismo produce electricidad a través del movimiento y proporcionó las bases de la teoría del electromagnetismo.
En 1821 Faraday construyó dos aparatos para producir lo que él denominó entonces rotación electromagnética y, con este nombre como título, publicó los resultados de su trabajo; trabajo que, en realidad, describe el principio de lo que hoy conocemos como motor eléctrico. En 1831 descubrió la inducción electromagnética, descubrimiento que ha permitido la construcción de los generadores.
El primer motor de corriente continua fabricado y patentado fue el de Thomas Davenport (patente de 1837), mientras que la paternidad del motor de corriente alterna está disputada entre Galileo Ferraris, Michail Ossipowitsch Doliwo-Dobrowolski y Nikola Telsa, siendo la primera patente, la de Nikola Tesla (1887).
Por: Ing. Michael Dueñas
Instagram: @michaelenginner888
Imagen: Motor Pasión