La tecnología siempre sorprende con sus transformaciones de la vida salvaje a la utilidad para el ser humano, este es el caso de como cultivadores de opio en Afganistán adoptan la energía solar para irrigar sus cosechas, en uno de los ambientes más difíciles.
Indirectamente y sin nadie pensar sobre el cambio climático, emprendedores en pequeña escala aumentan significativamente la oferta mundial de paneles solares; «Así se cultiva actualmente la flor de opio», cuenta Richard Brittan antiguo soldado británico cuya empresa, Alcis, se especializa en el análisis satelital de lo que él llama «entornos complejos», «Perforan unos 100 metros en el suelo hasta llegar al agua subterránea, colocan una bomba eléctrica y la conectan a unos pocos paneles solares y el agua comienza a fluir».
La adopción de esta nueva tecnología fue muy rápida, y sin pensar está bajando los índices de producción de heroína, ya que, granjeros que sembraban su cosecha de opio en mayo, ahora está cultivando tomates u otros alimentos en lugares que, antes, jamás se hubiesen considerado fértiles; así ayudan conjuntamente en varias áreas, como bajar el índice de producción de la heroína, promulgar el uso de energía solar, reforestación y migración a áreas desérticas que a causa del conflicto armado habían perdido su lugar como habitable.
Con información de: El Tiempo
Por: Maritza Tovar Ramírez
Instagram: @ mariitzathanks
Imagen: El Mundo