Muchas son las noticias que vemos a diario con la palabra “Colados” refiriéndose a aquellas personas que evaden el pago al usar el Sistema Integrado de Transporte (Sitp), encontramos titulares como: ¡No aprenden! Colado en Transmilenio fue atropellado por un Transmilenio. Claramente esto es una problemática, pero ¿por qué no cuestionarnos cuál es la razón?, ¿Qué soluciones se pueden dar? e incluso pensar en las problemáticas que nos han llevado a esta práctica, que pueden ir desde lo económico hasta lo cultural.
Desde el año 2015 la ciudad ha contado con el alza del transporte todos los años, a excepción del anterior, el cual se congeló por causa de la pandemia, mientras que en años anteriores el precio se mantenía por dos o tres años ¿por qué? Según las administraciones el sistema se estaba desfinanciando y la única manera de recuperar las pérdidas era cargando más el bolsillo de los usuarios.
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Durante la alcaldía de Gustavo Petro se manejó una estrategia que dividía el día en Hora Pico y Hora Valle y dependiendo a la franja en que usted usara el sistema su pasaje podía varias entre $1.800 y $1.500 respectivamente, pero cuando Enrique Peñalosa asumió el mando de la ciudad en al año 2016, la estrategia se fue al piso y adicional a eso hizo un alza de 400 pesos, ¿por bien de la ciudad? o ¿por beneficio propio? Nadie lo sabrá con certeza, pero de algo que si podemos tener seguridad es que Transmilenio surgió durante su primer mandato en el año 2000 y lo reforzó y amplió cuando volvió a tener la oportunidad.
Ahora bien, Transmilenio no solo ha sufrido alzas en el pasaje o deterioro en las instalaciones, sino también dada las circunstancias sociales del país se ha convertido en uno de los epicentros de la inseguridad: robos, riñas, abusos y demás son el pan de cada día de los usuarios ¿por qué exigir que las personas paguen por un servicio que no sienten que valga lo que pagan? Cabe recordar que la en la ciudad el sistema integrado de transporte se adueño del transporte público, un sistema que daba facilidades a las personas para transportarse, había una constante circulación de buses, variedad de rutas y en donde si le pedía al conductor el favor de transportarse por $1.000, algunos accedían e incluso en condiciones extremas hacían el favor gratis, pero ¿Qué pasa con el Sitp?.
Para comenzar se tiene que adquirir sí o sí una tarjeta que cuesta 6.000 pesos, la solución que da la alcaldía es ‘Personalizarla’ por algunos beneficios, pero, ellos no se han puesto a pensar que el hecho de poner un costo tan elevado a una tarjeta de transporte hace que están sean muy apetecidas por los dueños de lo ajeno, adicionando que el pasaje es totalmente fijo y aunque haya un préstamo, no hay manera de negociar.
Segundo, aunque Transmilenio tenga varios beneficios como carril exclusivo, variedad de rutas y cobertura en gran parte de la ciudad, también tiene desventajas actuales como poca capacidad para el número de usuarios que el mismo sistema obligó y se obligó a tener, adicional a nuevas coyunturas de la ciudad, donde hay manifestaciones constantes y el primer afectado es el Transmilenio que a su vez perjudica a miles de personas ¿por qué? por que los buses fueron diseñados para los carriles exclusivos, y si los carriles exclusivos están bloqueados TODO EL SISTEMA COLAPSA; y si hablamos de ‘Los Sitps’ o buses azules, automáticamente hablamos de las pocas rutas, de largas esperas porque son muy demorados, y antes de sacar de las calles a todos los buses, también se tenía que mencionar su poca utilidad, ya que el uso de los buses comunes era muchísimo más frecuente.
Y por último, hay que tener en cuenta que las personas que toman estos servicios son personas que se pueden ubicar entre la clase baja y media de la sociedad, en su mayoría, personas que salen a trabajar, donde gran parte gana un salario mínimo, o viven del tan llamado ‘Rebusque’ una condición laboral donde no se les paga seguridad social y tampoco auxilio de transporte, que se convierte en uno de los argumentos más solidos para los aumentos, aumentos que han generado manifestaciones e inconformidades en la población Bogotana. Tanto así, que el pasado 11 y 12 de enero, tras la implementación del aumento de$150 pesos al pasaje, se presentaron manifestaciones en contra y se registraron diferentes ‘Colatones’ en varios portales y estaciones de la ciudad.
En conclusión, los ‘Colados’ no son solo evasores, detrás de ellos hay mucha historia, muchas condiciones y muchas razones, tal vez si la administración implementara estrategias nuevas y mejoraran en servicio, los ciudadanos pagarían su pasaje por voluntad propia y no por miedo a un comparendo, porque ‘Colarse’ más allá de un delito se convirtió en un símbolo de protesta e inconformidad.
Por: Alexandra Barbosa
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