El aumento de los casos de Covid-19 en Colombia ha sido monumental en las primeras semanas del 2021, mostrando que el país está atravesando otro pico de la pandemia, que es, por varios motivos, más fuerte que el anterior. Ante este escenario, muchos se han visto afectados por la enfermedad y se preguntan “por qué me dio”.
La verdad es que la mayoría de los que conozco que han tenido Coronavirus, o al menos han tenido que someterse a la prueba, son personas que usan el tapabocas mal la mayoría del tiempo, y no digo que haya personas a las cuales les haya dado aun con todos los cuidados del mundo, pero hay que aceptar que la probabilidad de contagio aumenta cuando somos irresponsables con nosotros mismos y nuestro entorno.
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Yo llevo tres casos cercanos, uno confirmado y dos sospechosos, de Covid-19. En todos he sentido nervios de enfermarme, pues uno nunca sabe, pero de las tres, hasta ahora, me he salvado gracias a las medidas que he tomado. Por ejemplo, jamás me quito el tapabocas, incluso, en mi propio auto lo uso; llego a casa a bañarme, vivo con alcohol y antibacterial todo el tiempo limpiándome las manos y las superficies cercanas, evito a toda costa las aglomeraciones y, cuando estoy en ellas, siempre me cuido demás. Para muchos soy exagerada y paranoica, pero esto es lo que ha permitido que mis sustos al menos no se sientan tan graves.
Hay personas que se quejan de las medidas restrictivas tomadas por diferentes gobiernos locales y nacionales ante la crítica situación del país por el Covid-19, pero estas mismas personas son vistas en la calle con el tapabocas en el mentón, o bien puesto, pero jalándolo mientras hablan, tocándolo constantemente por la parte expuesta, o en el peor de los casos, sin él. Todos ellos son las personas que exponen a aquellos, que, como yo, se cuidan a diario, y que sin querer terminan pagando los platos rotos de los demás.
No se trata de ser híper precavido y jamás volver a salir ni a la esquina a tomar el sol, se trata de ser conscientes que nuestra vida ahora incluye una prenda más, el tapabocas, y que con su correcto uso podemos salvarnos y salvar a nuestro entorno. Tendremos, en algún momento, que salir a ver a algún familiar, amigo, por trabajo o por alguna situación imprevista, pero cuando lo hagamos seamos responsables y no nos pongamos en riesgo porque “el tapabocas me ahoga”, ya que, sin él, el ahogo que podremos sentir será peor.
Si en algún momento se enfrentan a un susto o contagio de Covid-19 al menos que lo hagan sabiendo que se coló en un mal momento y no porque creyeron que ustedes eran inmunes o bendecidos a quienes el virus jamás les va a dar.
Esta columna está dedicada a todas las personas que hemos pasado sustos por personas que no se cuidan y nos expone, así nosotros nos cuidemos, y a todas aquellas que han estado enfermas, aunque se cuidaron al extremo. A todos ustedes ánimo, que cuidarnos sí es la salida.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Freepik
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