«Es que usted en la vida debe aprender a no dar papaya» frase que todo colombiano, y estoy segura que aunque tiene variaciones, todos en el mundo han escuchado esto con el fin de remarcar que no se debe dar oportunidad para que algo, normalmente malo, suceda. Ese es el arte de no dar papaya.
Cuando alguien nos roba o algo sucede siempre nos dicen que fue porque dimos papaya culpándonos de la inseguridad y malos momentos como si nosotros amaneciéramos deseando aquello, hecho que siempre termina revictimizando a la víctima, pues el arte de dar papaya justifica al malo y culpa al bueno.
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Hoy en día, en Colombia este arte está a flor de piel, al menos una vez al día al momento de ver noticias uno escucha «eso le pasa por dar papaya» sin embargo, cuando a uno lo roban, agreden, o algo malo le pasa, la culpa no es por dar papaya, la culpa es de la sociedad que normaliza la desconfianza y no castiga realmente a quienes comenten actos deprorables.
No se trata que uno salga y deba guardarse el celular en las partes íntimas porque parece ser el único lugar seguro, acá el problema está en que uno tiene derecho a sacar su celular sin que lo roben porque supuestamente uno vive en una sociedad ética y moralmente formada.
No se trata de decir, eso cierre temprano Lara que no lo roben, o no salga tan tarde porque»no va y sea», pues todos tenemos derecho a transitar y estar en cualquier lado sin el miedo de que alguien por robarle le dispare o hiera quitándole la vida.
La solución realmente radica en borrar el arte de no dar papaya y empezar a ejercer el arte de exigirle al gobierno seguridad. Se trata de exigir penas importantes para aquellos qué delinquen con la intención de mostrar que la delincuencia no paga. Se trata de dejar de culpar al confiado y dejar de normalizar que todos los que nos rodean son criminales en potencia y empezar a enfocar las fuerzas en combatir a los verdaderos criminales.
La percepción de inseguridad va en aumento, sobre todo en Bogotá, por lo cual, mi llamado es a creernos entre víctimas, a apoyarnos y a dejar de crecer que todo pasa por «dar papaya» para así poder ejercer presión sobre quienes deben responder por esas situaciones y no seguir lavándoles las manos quitando culpas a los verdaderos responsables.
Por: Paula Andrea Porto Tavera
Instagram: @paulaportocine
Imagen: Pixabay
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